

Los filipinos asimilan la muerte del papa Francisco, "la voz de Dios"
Las campanas de las iglesias repicaron a primera hora de la tarde el lunes en Filipinas, bastión del catolicismo en Asia que lloró la muerte del papa Francisco.
Los residentes de la capital, Manila, seguían procesando la noticia. Algunos se apresuraron a las iglesias a rezar.
Frente a la iglesia de Baclaran, en el área metropolitana de Manila, Jeslie Generan, de 23 años, dijo que apenas empezaba a asimilar la muerte del papa.
"Me sorprendió porque ya había leído que estaba bien, que ya no estaba enfermo, que su estado había mejorado", declaró a AFP. "Cuando abrí Twitter y lo leí... Pensé que era una noticia falsa".
Dentro del santuario, un retrato enmarcado del papa, cariñosamente conocido como "Lolo Kiko", o "abuelo Francisco" estaba colocado junto a una estatua de Jesús, con una vela a cada lado.
Tras el sermón, un grupo de feligreses se arrodillaron y rezaron por el jesuita argentino ante su retrato.
"Al principio me sorprendió y luego me invadió un sentimiento de tristeza", contó Marlon Delgado, de 40 años, que asiste a misa todas las semanas.
Fuera del gran edificio, Jhayson Banquile, de 19 años, afirmó que los 85 millones de católicos del país perdieron "la voz de Dios".
"La muerte del papa es una gran pérdida para los católicos filipinos. En cierto modo, él es la voz de Dios aquí. A través de él escuchamos la palabra de Dios", explicó.
Francisco, que nombró a cuatro de los diez cardenales filipinos de la historia, visitó el archipiélago una vez, cuando ofició una misa por los supervivientes del tifón Haiyan.
Su visita se produjo poco más de un año después de que la tormenta más potente de la historia de Filipinas devastara pueblos pesqueros y agrícolas y dejara más de 6.000 muertos a finales de 2013.
U.Laurent--LCdB