

Cuando Chile perdió fe en la Iglesia Católica, una herida sin sanar por el papa Francisco
Cuando Francisco inicio su papado en 2013, la Iglesia católica en Chile pasaba por un terremoto por los abusos sexuales cometidos con niños por sacerdotes. Y aunque su pedido de perdón aún retumba, jamás recuperó su influencia en una sociedad cada vez menos conservadora.
El grito de las víctimas empujó a Francisco a pedirles "perdón" en su paso por Chile 2018.
No era la primera vez que se disculpaba por abusos que se replicaron en varios los países del mundo con más católicos. Pero el acto de contrición se vio empañado por su salida en falso durante su primera y única visita al país.
El jefe del Vaticano defendió a un obispo acusado de proteger a un cura que años atrás había sido expulsado por pederasta. Meses después debió retractarse y pedir perdón ante la evidencia contra el prelado. Además, impulsó una comisión para investigar a fondo el escándalo.
La misión fue encabezada por el arzobispo Charles Scicluna, quien documentó en un informe casos de abusos y encubrimiento apoyado en las denuncias de cientos de víctimas.
- "Insuficiente" -
Uno de los episodios fue el del cura Fernando Karadima, quien abusó, entre otros, de tres adolescentes que asistían a su parroquia de El Bosque, en Santiago.
Hoy de 49 años, José Andrés Murillo, una de sus víctimas, valora el perdón papal pero cree que fue insuficiente. Hizo "falta un cuestionamiento profundo sobre la sexualidad y la afectividad de quienes están a cargo de la iglesia", dijo a la AFP.
El año pasado, la Santa Sede pidió a la organización benéfica Caritas Chile elaborar un plan para evitar nuevos ataques y determinar si la Iglesia, como institución, fue en algún grado responsable de las agresiones a menores.
Pese a ello, la Iglesia de Francisco siguió perdiendo fieles en este país de unos 20 millones de habitantes. El 48% se declara católico frente al 70% en 2006, según una encuesta de 2024 del Centro de Estudios Públicos.
- Karadima, el detonante -
Francisco pasó del aplauso a la crítica en su única visita a Chile, donde la Iglesia ejercía enorme poder. Desafiante, le espetó a una periodista que cuestionó al obispo Juan Barros por encubrir a Karadima.
"El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia", respondió.
La fiscalía chilena tiene registros de 556 víctimas desde 1954 e investigó a unos 400 miembros de la Iglesia, pero nada golpeó tanto al clero chileno como el expediente Karadima.
El religioso fue acusado de abusar de menores entre 1980 y 2006, cuando dirigió la parroquia de El Bosque, en uno de los barrios más acomodados de Santiago. En 2011 fue expulsado de la Iglesia y murió en 2021 a los 81 años, sin ser juzgado penalmente porque las causas habían prescrito.
Solo el 10% de los miembros de la Iglesia denunciados por abuso o encubrimiento fueron condenados por la justicia. Casi 400 víctimas eran menores cuando se cometieron los hechos, según el Ministerio Público.
- ¿Chile, conservador? -
Este lunes, el presidente Gabriel Boric le rindió homenaje al destacar que "hizo un genuino esfuerzo por acercar la Iglesia al pueblo en un mundo donde lo espiritual pareciera haber pasado a un segundo plano".
"La justicia social es trascendencia y así lo vivió y enseñó (Jorge) Bergoglio. Gracias por ello", escribió Boric en X.
Ana María Stuven, académica en Historia de la Universidad Diego Portales, consideró que aunque el papa cometió errores, sí tuvo "una actitud mucho más modesta", un "cambio que puede ser simbólico, pero que es una esperanza respecto al futuro" de la Iglesia.
Sin embargo, a medida que su reputación e influencia entraba en declive, Chile avanzó en una agenda más progresista que dejó atrás su fama de país conservador.
En 2004 se legalizó el divorcio. Y tras una larga lucha de organizaciones feministas, en 2017, se aprobó la legalización del aborto en tres causales: riesgo de vida para la madre, violación e inviabilidad fetal.
Cinco años después, se aprobó el matrimonio entre homosexuales.
"La Iglesia era una especie de dique contra cualquier exceso de liberalismo", explica Stuven a la AFP.
S.Denis--LCdB