

La política, la otra gran pasión de Mario Vargas Llosa
El nobel de literatura peruano Mario Vargas Llosa, fallecido el domingo en Lima, tuvo como gran pasión la política. Pese a que no le gustaba recordarlo, tuvo simpatías con la revolución cubana y como candidato lideró la derecha en las elecciones presidenciales peruanas que perdió en 1990.
El escritor respiraba la realidad política desde muy joven. En su libro autobiográfico "La llamada de la tribu" (2018) cuenta que descubrió la política a los 12 años (1948) cuando el general Manuel Odría derrocó al presidente José Luis Bustamante y Rivero, quien era su tío por parte de su familia materna.
"Creo que una de las grandes pasiones de Vargas Llosa fue la política. Él proviene de una familia en donde la política estuvo presente desde temprano", dijo su amigo y biógrafo Pedro Cateriano en entrevista con la AFP.
Según Cateriano, el novelista se vinculó desde su época de estudiante en la universidad de San Marcos en la década de 1950 con las causas sociales y con el movimiento comunista.
Políticamente fue atraído por Fidel Castro, pero en 1971 rompió con la revolución cubana.
"Él rompe luego de estar cercano a las ideas de izquierda y de apoyar a la revolución cubana con el famoso caso del poeta Heberto Padilla", explicó Cateriano.
"Fue un período muy difícil para mí porque me sentí como los curas que cuelgan los hábitos y vuelven a la sociedad laica de incertidumbre e inseguridad. Descubrir que la democracia no era como creíamos y como lo decía la izquierda comunista", evocó Vargas Llosa en "La llamada de la tribu".
- Líder de derecha -
En la década de 1980, Vargas Llosa asumió desafíos mayores en su país, como abanderado de ideas liberales.
Ante los intentos del gobierno socialdemócrata del entonces presidente Alan García de nacionalizar la banca peruana, Vargas Llosa se perfiló como líder derechista encabezando las protestas contra esa acción en 1987.
Ese año fundó el Movimiento Libertad y en 1990 postuló a la presidencia por el Frente Democrático. Era favorito, pero perdió ante el desconocido Alberto Fujimori.
Después de su derrota, se instaló en Madrid y continuó en la literatura, pero no dejó de estar pendiente de la política peruana e internacional.
"Vargas Llosa perdió electoralmente, pero triunfó en el campo político y de las ideas. Su campaña no sólo fue pedagógica, sino que hay que decirlo claramente, valiente y arriesgada", aseguró Cateriano quien lo acompañó en su fallida aventura política enarbolando las banderas de la derecha liberal.
"Si hay algo que rescatar en Vargas Llosa precisamente es su acción política y en ese sentido le ha hecho mucho bien al Perú y a Latinoamérica", sentencia Cateriano.
Vargas Llosa siguió vivamente la evolución de la política mundial, arremetiendo en los últimos años contra el populismo, "la enfermedad de la democracia", donde incluye desde el chavismo y el castrismo, hasta la ultraderecha y la izquierda radical europea o el nacionalismo independentista catalán.
"Si hay algo que rescatar en el mensaje político de Vargas Llosa es la verdad", aseguró Cateriano.
F.Cornelis--LCdB